Banco Nación Sociedad Anónima: qué significa para el futuro de la entidad y sus clientes
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Esta madrugada Milei transformó la estructura societaria de la entidad. Con este cambio, el Gobierno pretende modernizar la gestión del banco estatal, facilitar la entrada de capitales privados y mejorar su eficiencia operativa.
Tras el intento fallido de privatización por quedar excluido de la Ley Bases, el Gobierno convirtió por decreto este jueves al Banco Nación en Sociedad Anónima. La transformación de la persona jurídica no implica que la entidad deje de ser pública sino que quita ciertas restricciones que tenía al ser una Sociedad del Estado y otorga una mayor apertura para su capitalización.
En este sentido, en los considerandos del decreto 116/2025 se señala que “el régimen de entidad autárquica limita la capacidad del Banco Nación para competir en igualdad de condiciones con otras entidades del sector financiero, restringiendo su acceso a nuevas fuentes de financiamiento y su capacidad de desarrollar estrategias comerciales más dinámicas y eficientes” en beneficio de sus clientes.
“La transformación en sociedad anónima contribuirá a modernizar su estructura jurídica y operativa, permitiendo una mayor flexibilidad en su gestión y adaptación a las mejores prácticas del mercado financiero, incorporando mecanismos de gobierno corporativo más ágiles y eficientes y una administración más profesionalizada y alineada con estándares internacionales de transparencia, eficiencia y control”, indica.
Además, sostiene que permitirá optimizar la asignación de recursos, fortalecer su posición en el mercado y potenciar su capacidad de financiamiento, en beneficio de sus clientes y del desarrollo económico en general.
En el Gobierno consideran que la Sociedad del Estado era una figura jurídica que daba privilegios tales como una descapitalización permanente sin riesgo de default, lo que obligaba a seguir fondeando a pesar de la ineficiencia.
Miguel Angel Arrigoni, presidente de First Capital Group, precisó: “Una entidad de tipo gubernamental está regida, en general, por la política de Estado y la ley de administración pública. Siendo Sociedad Anónima va a tener más flexibilidad. Por ejemplo, recibir capital de bancos de fomento extranjeros, o hacer proyectos asociativos con otros bancos. Es una estructura mucho más ágil. Desde ese punto de vista, yo creo que es buena noticia”.
La SA -en principio, no hay dichos de funcionarios que indiquen esto- permite además una posible salida a la cotización en bolsa, como en el antecedente del Banco do Brasil o en otro rubro con YPF. En ese caso, funciona como un banco comercial que busca rentabilidad, pero con mayor o menor incidencia del Estado de acuerdo a si se decide mantener un esquema mixto en la propiedad del capital social.
En este sentido, Guillermo Francos, actual jefe de Gabinete, había afirmado en abril pasado: “El presidente Lula en Brasil, en su primer mandato, llevó al banco de Brasil a capitalizarse en la bolsa de Nueva York. El banco cotiza afuera del país y tiene un capital impresionante. Es el banco más grande de ese país. Si un banco público en Brasil, bajo la presidencia de Lula, se convirtió en una empresa que cotiza en bolsa y que incluyó capital privado, ¿por qué no hacerlo nosotros acá? Estamos en un concepto viejo, de no permitir el trabajo conjunto del capital privado y público”.