Diez años de hostigamiento y una reacción letal, el crimen que cometió un kiosquero bajo «emoción violenta»
*Por Gabriel Bobis – Llegó al banquillo de los acusados con la posibilidad de ser condenado a 25 años de prisión por haber matado a un joven con un arma de fuego, sin embargo su historia de vida convenció a un jurado popular y recibirá una pena leve.
El 18 de diciembre de 2021, Mauricio Alejandro Seibel (39) asesinó de un disparo de arma de fuego a Gastón Galván de 24 años. Por ese motivo llegó al banquillo de los acusados, en el primer juicio por jurados que se realiza en la ciudad de Castelli , con la posibilidad de ser condenado a 25 años de prisión, sin embargo su historia de vida interpeló a los 12 ciudadanos que conformaron el jurado y lo terminaron condenando por homicidio simple en estado de emoción violenta agravado por el uso del arma.
Mucho se dijo del crimen en las tres audiencias que duró el juicio, todos coincidieron que la venta de una cerveza sumó hostilidad a un clima que ya no era bueno.
Según la reconstrucción que realizó la Fiscalía y la querella, Gastón Galván se encontraba en el taller de su padre excediendo su horario laboral, ya que esa noche se quedó a ver un partido de fútbol de River Plate, el club de sus amores. Terminando el encuentro deportivo, a las 23.30 horas, fue a comprar junto a un amigo una cerveza al kiosco de Seibel y terminó violentado y finalmente asesinado por el simple hecho de «haber pedido que la bebida esté fría».
«En ese momento el señor Seibel se torna agresivo, sale del domicilio e intenta agredir en dos oportunidades tanto al señor Galván como a su amigo. Para evitar daños mayores, estos deciden retirarse del lugar, inclusive estando en mayoría. No obstante ello, el señor Seibel, por detrás y a 30 metros de su kiosco que quedaba por Av. Paraguay, se apersona sobre los mismos, portando una escopeta calibre 16«, relató el fiscal Gerónimo Roggero sobre el episodio que finalmente terminó en tragedia.
La versión era verosímil, obviamente había sintonía entre lo que dijo el Ministerio Público Fiscal y lo que postuló la querella ejercida por Néstor Irasusta y Sergio Abrigo. «Si una persona sale de su casa, carga un arma y dispara debe atenerse a las consecuencias, pero si además de hacer esa acción dispara contra una persona es porque no tiene otra finalidad que la de causar su muerte», plantearon.
La otra historia, la que terminó convenciendo al jurado, la aportó el abogado defensor José Luis Maidana quien indicó que Seibel venía siendo víctima de constantes hostigamientos, de amenazas, burlas por los ataques de epilepsia que sufría y una escalada de violencia que fue denunciando formalmente en reiteradas ocasiones y que hasta terminaron con la muerte de su mascota, a la que habrían matado sus propios vecinos.
«Desde las 12 del mediodía Galván y su amigo lo hostigaron y pedían que les fie una cerveza. Al acercarse a la ventana lo escupieron en la cara» , había sintetizado el abogado durante los alegatos iniciales.
«Para querer matar a una persona, uno tiene que tener intención, la voluntad, la decisión de querer matar. Seibel en todo momento dijo que quería asustarlos», repasó Maidana al sostener su hipótesis de que el crimen fue en emoción violenta producto de un «largo proceso que comenzó en el año 2010».
«De esas perturbaciones, probaciones, insultos, ofensa injustificada, escupitajo, ladrillazos, ese día se desató la ira, no tuvo la capacidad para manejar su voluntad», manifestó y cerró: «Siempre manifestó que no quiso matar, fue negligente al utilizar el arma, no tuvo las precauciones necesarias para disparar para asustar».
Finalmente, por unanimidad, el jurado popular le dio la razón a Seibel y el crimen terminó con una condena atenuada.
