SUEÑOS FRUSTRADOS: EL PLAN DE 300 VIVIENDAS QUE NUNCA SE TERMINÓ PARA CASTELLI
El proyecto de infraestructura habitacional más grande de la historia que se había lanzado en el año 2014 para Castelli en el marco del programa nacional “Sueños Compartidos” tenía como finalidad la construcción de 300 viviendas en un extenso predio lindante a la Policía Rural.
Pero el cambio de gobierno nacional y las sospechas de corrupción que envuelven a este programa impulsado por la fundación Madres de Plaza de Mayo, hicieron que la obra quedara totalmente paralizada, habiéndose entregado apenas 50 viviendas en el 2018 que fueron adjudicadas a familias que estaban en lista de espera del Instituto Provincial de Desarrollo Ubano y Vivienda. – IPDUV –
La triste realidad muestra que cada día crece la demanda habitacional en familias de Castelli ; y que paradógicamente las estructuras armadas en placas de telgopor de 250 casas se caen a pedazos en medio del abandono total.
Cuando se produjo el cambio de gobierno nacional se dijo que las obras de viviendas quedarían suspendidas hasta que se realizaran las auditorías correspondientes respecto del manejo de los fondos. Sin embargo, pasó el tiempo y sólo se observa un escenario desolador con millones de pesos que se perdieron producto del deterioro de los materiales que habían sido colocados en las distintas etapas de la obra.
Una primera tanda alcanzó a terminarse el año pasado, pero el 75 por ciento de las casas están totalmente abandonadas, en algunos casos sepultadas en medio de las malezas que fue avanzando. En distintos sectores del predio, una gran cantidad de materiales de construcción, hierros, placas de telgopor, arena, piedras y otros materiales abandonados desde hace más de cuatro años.
Una vez más, el sueño de cientos de familias que se ilusionaron con esta promesa, comienza a verse frustrado. Pero más preocupante aún es que en plena campaña electoral no se han escuchado propuestas concretas de los candidatos respecto de la eventual reactivación de esta obra por la que esperan cientos de familias.
Texto y Fotos: José María Cuellar