Diputados le dio media sanción a la legalización del aborto y ahora se define en el Senado
Fue un debate extenuante e intenso, vehemente y emotivo por momentos. Tras casi 20 horas ininterrumpidas de discursos, la Cámara de Diputados dio por segunda vez su veredicto y aprobó, como lo hizo en 2018, el proyecto de legalización del aborto: 131 votos fueron positivos, 117 negativos y 6 legisladores se abstuvieron.
La diferencia fue aún más amplia que en 2018, cuando la iniciativa se aprobó por apenas cuatro votos, 129 a 125, con una abstención. En esta oportunidad el margen fue de 14 votos, aunque también hubo más abstenciones. Ahora todas las miradas recaen sobre el Senado, que hace dos años rechazó la legalización del aborto; la semana próxima arrancará el debate en las comisiones y se estima que antes de fin de año se dará la discusión en el recinto.
Ni bien el tablero reveló el resultado de la votación, una ovación inundó el recinto: oficialistas y opositores dejaron de lado sus diferencias políticas y, hermanados por el color verde, se abrazaban y aplaudían emocionados, mientras puertas afuera del Congreso los simpatizantes del proyecto, concentrados durante horas a la expectativa del resultado, estallaron en festejos. Todo un contraste con el ánimo resignado de los diputados «celestes», detractores de la legalización del aborto; silenciosamente se retiraron del recinto con la esperanza de que el Senado, una vez más, frene el avance del proyecto.
Más de 160 oradores desgranaron, a lo largo de casi 20 horas ininterrumpidas de discursos, sus posiciones a favor y en contra. Al igual que en 2018, la discusión cruzó transversalmente todas las bancadas, sin distinciones partidarias. En el recinto, coloreado de «verde» y de «celeste», los discursos se sucedieron enfáticos, por momentos vibrantes, aunque en un clima sereno y respetuoso.
Al momento del cierre del debate, la diputada Silvia Lospennato (Juntos por el Cambio), una de las abanderadas más fervorosas de la legalización del aborto, agradeció al presidente Alberto Fernández por haber cumplido su palabra y enviado el proyecto al Congreso, pero de inmediato reivindicó al expresidente Mauricio Macri por haber propiciado el debate cuando antes, durante el gobierno de Cristina Kirchner, había sido silenciado.
«Esta ley no es de ningún presidente ni de ningún gobierno, es una conquista más del movimiento de mujeres», exclamó Lospennato, quien, fiel a su vehemencia, cuestionó a quienes cuestionan por inconstitucional la legalización del aborto. «Si así fuese, no estarían habilitados los abortos por causales; si fuera inconstitucional, la Corte no se hubiese pronunciado como lo hizo», enfatizó y criticó que quienes están en contra de la legalización del aborto «no cambiaron nada» desde 2018 hasta ahora. «Dicen que no quieren a las mujeres presas pero se oponen a la despenalización y tienen frenado en el Senado la ley sobre prácticas obstétricas que frenan el reparto de anticonceptivos», asestó.
En contra de la iniciativa, Graciela Camaño, de Consenso Federal, insistió que el proyecto es «inconstitucional desde su origen» pues la Constitución Nacional defiende la vida desde la concepción. «El aborto podrá ser ley, pero jamás podrá ser justo», sentenció. ¿En serio creemos que con esta ley estamos ampliando derechos? El aborto es el emergente claro de la falta de educación, oportunidades y violencias contra la mujer. El aborto es aborto, sea legal o ilegal. La solución para la decadencia argentina no puede ser nunca el aborto», sostuvo.