Histórica paliza de Los Pumas a Australia

Esta vez no hubo lluvia ni viento que empujara la moneda para elegir con estrategia el lugar de la cancha. Con sol, calor y estadio colmado se jugó en Colón de Santa Fe un partido con propuestas similares en ambos equipos.
Los dos, en la primera que tuvieron, demostraron que los pases, dinámica y corridas iba a ser la vía para acercarse al ingoal.
Desde la salida nomás, y con una pelota que bajó Delguy (más petiso que Koreibete pero mejor en la altura), se armó el interesante ataque argentino que terminó en el primer penal de Albornoz, a quien Michael Cheika no llevó al Mundial y Felipe Contepomi por primera vez le da la 10. Lo malo: dos minutos más tarde igualó Donaldson por la misma vía.
A partir de ese momento, Los Pumas tomaron el control y buscaron el try. Sin embargo, chocaron contra la defensa rival y su propia impericia para manejar la pelota en los últimos metros y circunstancia de contacto.A Kremer, Matera, Chocobares y Gallo se les cayó la bola en cuatro avances que podrían haber terminado en try,

Lo peor en estos casos, es que Australia, quizá el equipo con mejor contragolpe del mundo, no desaprovecha la invitación. Tizzano, agradecido, apoyó.
La diferencia que mostraba Australia es que estaba más preciso en la misma búsqueda de vértigo. Entonces, la lógica era que iba a tener más la pelota (67 a 33% la posesión en los primeros 25’), y si la usaba bien, iba a facturar.
Donaldson de penal y Kellaway con su try (otra contra) dejaron el peligroso 20-3 a los 28’.
Los Pumas entendieron que no podían dejar escapár más a los de amarillo, porque, a la vez, se iba el partido.
Dos minutos más tarde, Mallía demostró, dos veces en la misma jugada, que maneja con precisión las destrezas. Primero, para no dejarla salir al touch, con un saltito, y después, yendo a buscar la bomba de Albornoz. El subcapitán la bajó y se la dio a Matera, que corrió y con buen timing se la dio a Carreras, quien metió una diagonal y apoyó. A los 37’, Montoya festejó sus 100 tries con una jugada de forwards, que arremetieron luego de un penal.
Sobre el final del PT, Los Pumas podrían haberlo dado vuelta, por un determinado ataque desde el scrum, penetración de González, pero Matera -estuvo en todos lados-, que fue a buscar la conquista, en lugar de meter un último pase quiso apoyar él, pero, si bien apoyó, se quedó a centímetros del ingoal. Australia se fue 20-17 al descanso.
La Selección entró mejor tras la charla en el vestuario, y en 6’ tuvo tres ocasiones de try. La primera, con una buena defensa del maul, Australia recuperó la pelota; la segunda, cuando estaba cerca de anotar, al ingresado (por Lavanini) Oviedo se la pescaron. Y la tercera… la vencida. El scrum empujó, y si bien Oviedo quedó a centímetros del ingoal, vivo, González la levantó y se zambulló. El zurdo Albornoz metió y Argentina lo dio vuelta, 24-20.
Con Oviedo de octavo (Kremer pasó a la segunda y González, de ala), el scrum mejoró y fue dominante ante un pack australiano que penaba por sus pilares de refresco. Los Pumas se habían adueñado de la pelota, ya con una posesión de 54 a 46%. Había que ajustar el line, con dos perdidos al hilo.
Pero estaba el scrum para compensar. El fijo provocó un penal, que se volvió a cambiar por la formación en la que los ocho forwards empujan. Con el pack yendo adelante, Matera terminó apoyando para un importante 31-20 en 17’.
Probablemente, como había sido el partido anterior, se firmaba ya la victoria. Todos, menos los jugadores. ¡Para qué! Sacaron las garras y metieron a los Wallabies en un lavarropas. Como catarata empezaron a entrar los tries: doblete de Mallía, doblete de Oviedo y el último de Cinti para un equipo cuyo envión era imparable.
Fue el mejor partido de Los Pumas en años, con un segundo tiempo impecable, fulminante. Una goleada histórica…