Incendios forestales y buques turísticos llenan de hollín la Antártida
20 octubre, 2024 0Perforaciones en la meseta polar revelan el grave impacto de las grandes quemazones de este siglo en Australia, Brasil y África y de la reciente expansión del turismo de cruceros
El hollín oscurece la superficie, reduciendo el efecto albedo (la capacidad de reflejar radiación solar), lo que incrementa la absorción de calor y fomenta la formación de nubes de agua, acelerando el derretimiento.
Este fenómeno es especialmente preocupante en la Península Antártica, que alberga muchas bases científicas. La investigación fue publicada mientras la CCRVMA discute la ampliación de áreas protegidas en la región.
Huella de carbono
Para realizar este trabajo, miembros de proyecto chileno-brasileño de perforación CASA (Clima de la Antártida y Sudamérica) recogieron muestras del hielo hasta a 20 m de profundidad en el interior helado a 1.937 m de altitud en una meseta conocida como Detroit. En el hielo correspondiente al periodo entre 2003-2008 encontraron concentraciones altas de hollín que son coincidentes con grandes incendios en América, África y Australia y también con temporadas turísticas, desde el primer ‘boom’ de llegadas en el verano austral 2007-2008. Hoy, aquellas cifras ya se han multiplicado por tres. «Es fácil comprobarlo porque la Antártida es un lugar muy prístino, casi sin actividad humana, y eso permite identificar claramente estos impactos», señalan los autores.
De hecho, el hielo antártico es un auténtico diario de lo que sucede en el continente: conserva la huella de carbono de los megaincendios que se producen en el hemisferio sur de septiembre a octubre y rastros de la llegada de los cruceros de esas fechas hasta abril. Por ejemplo, quedó grabada con un gran ‘pico’ de hollín la temporada de incendios que batió récord de emisiones en Brasil en 2007.
«Como en verano el hielo se derrite superficialmente y cristaliza, en el corte que utilizamos es posible diferenciar las estaciones. Así vimos cómo el humo de grandes incendios en Australia dio la vuelta a la Antártida, impulsado por los vientos que la rodean, hasta llegar a la península. Es evidente que en estos últimos años los fuegos van a más, así que en los próximos trabajos aún veremos más concentraciones de hollín», explica Ricardo Jaña, del Instituto Antártico Chileno (INACH), que participó en la recogida del testigo de hielo.
Los turistas
Respecto al turismo, usando las estadísticas de la Asociación Internacional de Operadores Turísticos de la Antártida (IAATO), encontraron también correlaciones entre el hollín y ese tráfico, que se concentra en algunos lugares específico de la Península Antártica. En este sentido, mencionan el trabajo en el que participó el científico español Javier Benayas, que determinó que cada turista en esa zona emite 5,4 toneladas de CO2 en un viaje, casi una tonelada por jornada. Si en 2007 hubo 34.3000 turistas, en la temporada de 2022-2023 ya viajaron 104.000, un 216% más. El hielo incluso refleja la larga pausa del Covid-19, cuando el carbono bajó al nivel de 2001.
«Sin duda hay un impacto local del turismo, que el trabajo sitúa entre el 15% y el 33% en función de los años. Se estima que en un viaje de 10 días una persona emite tanto CO2 como un español aquí todo el año. Aunque lo más grave es la cantidad de contaminación que procede de otros continentes, a través de los incendios. Queda claro que fuego y turismo, son actividades humanas que se está descontrolando en los últimos años y que requieren adoptar medidas urgentes», señala Benayas, catedrático en la Universidad Autónoma de Madrid y experto en estas investigaciones.
Y es que ese hollín que queda en el hielo está contribuyendo al derretimiento de la nieve en la región. Según los cálculos, puede suponer hasta 150 gr de nieve por metro cuadrado al día. También lo relacionan con el aumento de los días de deshielo en las plataformas que rodean la península y con la formación de nubes con más agua. Jaña destaca que «con el calentamiento climático global, los incendios aumentan en intensidad, extensión y cantidad en el hemisferio sur y, con ellos, el riesgo de acelerarse el deshielo, lo que nos enfrenta a un conflicto moral, porque todo indica la relación del fuego con la deforestación; estamos hipotecando nuestro futuro con nuestro consumo».
Paul Mayewiski, director del Instituto de Cambio Climático en la Universidad de Maine, también cofirmante y uno de los más reconocidos científicos del hielo, recuerda que la llegada del humo depende también del viento: «Lo más probable es que ocurra solo unos días, pero en ese mismo lugar también hemos detectado uranio procedente de minas a cielo abierto de Australia que ha llegado hasta allí durante décadas».
En el artículo, y esta misma línea, mencionan que sus hallazgos resaltan la importancia de «evaluar los impactos en rápido aumento, tanto por las actividades turísticas como el fuego, lo que es fundamental para tomar decisiones políticas que los mitiguen». Como medida urgente para la llegada de los barcos turísticos antárticos recomiendan utilizar combustibles bajos en azufre o biocombustibles, además de instalar filtros para minimizar las emisiones de los buques. Benayas, por su parte, recuerda que ya en 2008 se dio un paso al cambiar el tipo de combustible de los cruceros, pero también considera que «hay que tomar medidas extras de regulación del turismo», además de seguir batallando contra los grandes incendios.