Demagogia

Nadie quiere largar el poder, algunos especulan con seguir aferrados a los lugares del poder y otros se desesperan por alcanzar este espacio que los hará “únicos” que les dará facultades y potestades para tomar las decisiones más importantes, y fundamentalmente que les permitirá manejar el dinero del pueblo.

Hacen pactos políticos, tranzan con adversarios, prometen cosas que ellos mismos saben que no las van a cumplir y representan lo más denigrante de la política, aunque después ante la sociedad se muestren como personas fieles a sus principios ideológicos. Así es la lucha por el poder en esta sociedad, donde no hay amistades  que valgan ni códigos que se respeten.

Que es el poder?
Toda relación de poder importa tener consecuencias y gravitar en la conducta de otros, que deben mostrar obediencia ante el mandato, pues de lo contrario podrán ser obligados a obedecer. El poder político se ejerce desde el gobierno de un Estado, para mantener el orden, la seguridad, y en general, el bien común.
El poder político es una creación humana, que aparece en la historia desde la formación de los Estados, en un principio muy vinculado al poder religioso, el que aún se mantiene en muchos Estados de Medio Oriente. Siempre se necesitó, de algún modo, justificar por qué algunos hombres tenían esa facultad de mandar sobre otros, y las razones se apoyaron primero en divinizar la figura del detentador del poder, luego en convertirlo mandatario de Dios, y finalmente hacerlo nacer de un contrato por el cuál la ciudadanía se lo otorga, de modo voluntario, para asegurar su seguridad y otras necesidades.
El poder político puede ser asumido por el gobierno a través de la fuerza, como ocurre en las dictaduras, o surgir de un acuerdo por el cual el pueblo les delega a los funcionarios el poder, en elecciones libres, como ocurre en las democracias modernas. El poder político es el único que se encarga de usar la fuerza pública para reestablecer el orden perturbado y combatir la inseguridad dentro de los límites legales, ya que, para herir, matar o privar de la libertad a una persona deben existir motivos fundados. Cuando el poder sobrepasa los mandatos constitucionales o legales, se incurre en un abuso del mismo; y según algunos pensadores, como por ejemplo el liberal inglés John Locke (1632-1704) esto da el derecho al pueblo de resistirse a la opresión. Sin embargo, en los estados totalitarios el abuso de poder es una de sus características.
El poder político es legal si asumió de acuerdo a lo prescripto por las leyes, y legítimo si cuenta con el apoyo popular y su confianza.  El día que los gobernantes entiendan que el poder debe estar al servicio del bien común y no de sus intereses personales ni de su entorno, la sociedad vivirá más dignamente.

(Redacción www.diariocastelli.com) 

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