Recolección de algarroba: pobladores de El Impenetrable esperan cosechar 10 toneladas para su comercialización

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#Por Lola LópezDe valorar al monte en pie, de eso se trata. También, de revalorizar las costumbres, las recetas locales y los frutos nativos, en este caso del Impenetrable chaqueño. En este contexto nace “Emprendedores por Naturaleza”, un programa de Fundación Rewildig Argentina que busca promover el bienestar de las comunidades a partir de economías llamadas “regenerativas”.

“Estas economías buscan poner en valor la tradición y los saberes locales mediante productos exportables con marca territorial”, resume Constanza Mozzoni, coordinadora del Programa de Comunidades en el Parque Nacional El Impenetrable. “Son productos creados a partir de un ecosistema completo y funcional y que se traducen en ingresos para los vecinos”.

 

En el marco de “Emprendedores por Naturaleza”, la producción de harina de algarroba resurge como un producto comestible que muestra la importancia de conservar el monte en pie ya que, además de ser un producto arraigado en la cultura local, posee un gran valor nutricional y por eso es muy valorado para alimentar los animales domésticos.

Pero no solo es importante para el ganado: años atrás los vecinos colectaban las chauchas de algarrobo (Prosopis alba) para producir distintos alimentos (patay, bolanchao) y bebidas, como la conocida aloja y el arrope, sin embargo con el tiempo estas costumbres empezaron a perderse con el implícito riesgo de ir empobreciendo la cultura local.

“La primera colecta fue el año pasado, en 2020: empezamos a relevar el interés de los vecinos en junio sabiendo que la cosecha es en noviembre o diciembre”, cuenta Constanza. “Lo que tiene la algarroba es que no todos los años da buen fruto porque el clima influye mucho (si llueve o no, si hay heladas tardías) pero como el año pasado fue bueno los vecinos se entusiasmaron y en total se sumaron 23 familias de los parajes cercanos al Parque Nacional El Impenetrable y fue muy interesantes porque era la primera vez que cosechaban chauchas para vender”.

“Otro de los objetivos es lograr las habilitaciones necesarias para vender en otras provincias, principalmente en Chaco, para fortalecer la marca territorial y darles valor a los productos locales”, explica Constanza.

A mediano plazo, “tenemos planeado montar una pequeña planta de procesado de algarroba para crear puestos de trabajo en territorio; el propósito de las acciones es darle valor al monte en pie y que sean los vecinos quienes se conviertan en sus guardianes”, añade.

Constanza cuenta que todo el proceso fue intenso y que aprendieron mucho, por ejemplo sobre el proceso de la colecta, el secado al sol y el envasado. Además, luego tuvieron que embolsar las chauchas, volver a clasificarlas y pesarlas, tarea que se realizó con la ayuda de los vecinos que participaron. Para cerrar las bolsas armaron un equipo específico, mientras otro equipo aseguraba la disponibilidad de camionetas y trailers, los permisos necesarios, y hacía averiguaciones sobre el estado de los caminos.

“Fue una gran, gran experiencia para todos”, se entusiasma Constanza. “El traspaso de la mercadería culminó con un asado debajo de un algarrobo en un santuario del Gauchito Gil. Porque de esto se trata las economías locales restaurativas, acciones donde toda la comunidad se involucra para aprovechar las oportunidades de producir y tener una opción de emprendimiento económico a futuro”.

FUENTE https://bichosdecampo.com/

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