Récord: pagan 500 millones de dólares por dos obras de arte
De Willem de Kooning y Jackson Pollock. Las compró Kenneth Griffin, un estadounidense que es figura del mundo de las finanzas. Con un precio de 300 millones, el De Kooning alcanza a un Gauguin como los cuadros más caros de la historia.
Ayer se supo, y suena increíble pero es real: se pagaron 500 millones de dólares por dos obras de arte contemporáneo (mejor dicho, del siglo XX) vendidas hace poco. La venta se realizó hace unos meses pero se decidió hacerla pública recién ahora. ¿Y quién pudo pagar semejante cantidad de dinero? Uno de los personajes más poderosos del mundo de las finanzas de los Estados Unidos, el norteamericano Kenneth Griffin, inversionista nacido en Florida, de 47 años, fundador de Citadel LLC (fondo especulativo con sede en Chicago) y dueño de una fortuna personal estimada en unos 7.400 millones de dólares. De esta manera, Griffin realizó la compra de obras de arte –dentro de la categoría categoría “Contemporáneos”- más cara de la historia.
Las dos obras son Interchange (1955) del pintor expresionista abstracto estadounidense Willem De Kooning, y Number 17A (1948), de Jackson Pollock, también expresionista abstracto del mismo país. Es decir, la Escuela de Nueva York está cotizando a precios desorbitantes. El De Kooning costó 300 millones, mientras que el Pollock costó 200.
Así, el De Kooning se sitúa como el cuadro más caro de la historia junto conNafea Faaa Ipoipo, de Gauguin, que alcanzó ese precio hace un año.
Griffin ya había armado revuelo en el mundo del arte hace un año atrás, debido a otra compra: Abstraktes Bild, una pintura del alemán Gerard Richter por la que pagó 46 millones de dólares. La venta se hizo en Sotheby´s de Londres luego de una puja entre el comprador y el vendedor, y es el precio más alto del mundo pagado por una obra de un artista en vida. Y lo pagó Griffin, quien también tuvo el amable gesto de donar el último diciembre 40 millones de dólares al Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York. Fue considerada una de las donaciones más grandes jamás hechas a esa institución. También donó 120 millones de dólares a la Universidad de Harvard, institución en donde estudió y comenzó a hacer su fortuna: allí, en su cuarto de estudiante, logró que le instalaran una antena parabólica gracias a la que pudo seguir sus inversiones y comenzar a construir el imperio.
Las obras que adquirió ahora las cedió al Instituto de Arte de Chicago, donde se exhiben juntas.
Griffin hace unos 20 años que viene armando su colección de arte. Desde hacía 12 años – y hasta el año pasado- con su ex esposa, Anne Dias Griffin, otra gestora de fondos.
A pesar de poseer una colección tan importante y de realizar semejantes compras, el inversor se manifiesta escéptico frente al mundo del mercado de arte: opina que está lleno de especuladores. Lo dijo unos días después de que se subastara en noviembre pasado una pintura de Amedeo Modigliani , Nu couché, por 170,4 millones de dólares. La compró un coleccionista chino, Liu Yiqian, ¡con tarjeta de crédito! Ahora convertido en un millonario inversionista, sin embargo Liu comenzó como taxista y vendedor ambulante. Aseguró que compró la pintura de Modigliani con tarjeta… para acumular puntos.