Situación social al rojo: más familias acuden a comedores comunitarios
La pandemia profundizó la crisis chaqueña y disparó la demanda. Las organizaciones solidarias alertan sobre el crecimiento de la pobreza en los últimos dos años.
Los estragos económicos ocasionados por la pandemia profundizaron el dramático escenario de pobreza e indigencia que se extiende en la provincia, empujando a muchas familias chaqueñas a la indigencia ante la falta de trabajo y la devaluación de la moneda.
Desde hace algunos años que los comedores y merenderos comunitarios dejaron de asistir solo a niños y niñas para pasar a ser tal vez la única fuente segura de comida de familias enteras. Así lo afirmó a NORTE Sonia Cardozo, integrante de la organización Barrios de Pie, de presencia en toda la provincia y con fuerte actividad en el Gran Resistencia.
En diálogo con este medio, Sonia recordó que las organizaciones sociales venían advirtiendo desde el año pasado sobre el aumento de personas que pasan hambre y acuden a comedores y merenderos populares para buscar asistencia. “Antes de la pandemia ya tuvimos un incremento abismal en los comedores del interior provincial, y con la pandemia se profundizó y ya no hablamos de niñas y niños sino también de mamá, papá y abuelos”, manifestó la integrante de Barrios de Pie.
‘Venimos ocupándonos desde hace mucho tiempo. Nos tocó enfrentar una pandemia luego de cuatro años de macrismo. La situación es desoladora‘, planteó Sonia, señalando que el principal aglomerado urbano de la provincia es el que más acumula los indicadores de emergencia. “En el Gran Resistencia es donde más golpea”, señaló.
En otro orden, Sonia indicó que los comedores y merenderos que su organización tiene en 18 localidades del Chaco se sostienen en buena parte mediante donaciones del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, pero agregó que ese aporte es insuficiente porque la pobreza se agravó mucho más en los últimos meses. “Tenemos familias enteras que vienen a buscar el plato de comida”, dijo.
“Hacemos campañas solidarias y eventos a beneficio para comprar los alimentos que necesitamos. También la colaboración de los vecinos es muy importante”, añadió Sonia.
FAMILIAS QUE NO GANAN LO SUFICIENTE
Entre otros motivos, la pérdida de fuentes de trabajo es uno de los agravantes de esta situación. En tanto, Sonia sostuvo que la pandemia provocó el cierre de muchas empresas y eso afectó el ingreso de varias familias, al tiempo que remarcó que la constante suba de precios impide al “changarín” ganar lo suficiente para poder llevar el pan a la mesa.
“Hoy la canasta básica es muy difícil de alcanzar. Las últimas cifras indican que se necesitan más de 60 mil pesos para no ser pobre, y no existe un salario que cubra ese monto en la mayoría de los trabajadores del Chaco”, lamentó.
FUENTE: Norte