Cuando el suicidio es «la primicia»
*Por Karina Winckler –
Me negaba ir a descansar sin expresarme por escrito sobre lo sucedido hoy en Miraflores. Me interpelé mucho como para ir a acostarme sin dejar mi aporte, sin dejar plasmado lo que me atraviesa. Si bien ya me expresé un poco esta mañana en mi programa, y he escrito oportunamente, ante otros casos, y recibí críticas, no quería hoy irme a dormir sin expresarme.
Esta mañana, cuando llegué a la radio para hacer mi programa, ya teníamos en nuestros teléfonos la triste noticia. Decidimos con mi director y colaboradores, sentarnos a conversar sobre el tema y cómo lo trataríamos. Coincidimos en la manera.
Arrancamos incluso unos minutos más tarde el programa, pusimos cualquier excusa. Decidimos no molestar a quienes tenían la dura tarea de hacer un “trabajo” tan difícil como tener que constatar una muerte, hacer informes, etc, etc. Médicos, policías, fiscales, peritos, etc. No. Quisimos ser respetuosos de tan duro momento para estos trabajadores, pero, y especialmente, para las familias de esta jovencita, y para con ella misma.
Recién antes de finalizar el programa, conversamos con el director del hospital, médico interviniente, que nos confirmó el fallecimiento de esta joven de apenas 18 años, sin entrar en detalles que no correspondían para tratarlos en un medio, sin nombres, sin referencias, sin hipótesis. Máxime, porque ni siquiera toda la familia estaba enterada aún.
Entiendo, no soy ingenua, ni estoy en contra de medios o trabajadores de medios por cómo hacen su trabajo, no, solo que quisiera que la humanidad nos movilice un poco más. No soy ingenua en cuanto a que para algunos alimentar el morbo de la gente, es más audiencia, no cuestiono eso, sino, los modos.
Detrás de cada ser humano que toma la decisión de quitarse la vida, hay familias, amigos, seres queridos, novios, novias, esposos, esposas, vecinos, compañeros de escuela, etc. Hay toda una humanidad doliente que merece ser cuidada en ese dolor.
Existen recomendaciones sobre cómo dar tratamiento mediático responsable del suicidio, y sé que más de uno que por fuera de micrófono dice lo que por micrófono no se atreve, me va a mandar a freír mondongo, pero aun así lo expreso, y lo seguiré sosteniendo y diciendo.
Unas de esas recomendaciones son:
“Es importante que el tratamiento periodístico tenga siempre en cuenta el impacto sobre las familias y otros sobrevivientes en términos del estigma y el sufrimiento.
No realizar comentarios espontáneos –muchas veces inconscientes- que refuerzan los prejuicios y estigmas sobre el tema.
No realizar descripciones detalladas del método de suicidio utilizado ni ilustrar con imágenes reales o ficcionadas.
NO Publicar la información en la tapa de un soporte gráfico o el home de un sitio web.
NO Describir detalles específicos del método utilizado, ni imágenes que ilustren los mismos.
NO Interpretar el hecho suicida como una conducta frente a los problemas o cambios sociales sin analizarlo con la complejidad que conlleva.
No Aportar culpas ni culpables.
Recomiendan respetar “el aspecto privado que alude al derecho a la intimidad y el respeto a la situación que vive el grupo familiar y de referencia.”
“Por su magnitud e impacto el suicidio constituye un importante problema de salud pública”
Y dejan,además, estas recomendaciones bien en claro, que: “La manera como los medios de comunicación informan acerca de casos de suicidio puede influir negativamente en otras conductas suicidas.”
En Miraflores, hace unas pocas semanas vivimos el suicidio de otro jovencito. Hace muy poco, incluso, por ese afán de la “primicia”, se difundió aseverando que era suicidio la muerte de un niño de diez años, cuando el mismo reporte policial que textualmente difundieron, junto al espectacular titular, porque algunos ya ni siquiera filtran los reportes policiales para volverlos comunicables, decía: “supuesto homicidio”; la crónica del morbo ya aseveraba y daba por hecho un suicidio del pequeño. Desconozco si emitieron luego algún comunicado de disculpas responsable a las familias.
Sí, hoy no me pude ir a acostar sin expresarme sobre esta triste noticia, porque me dolió esta joven muerte, como me volvió a doler cómo el morbo nos sigue ganando a nuestra humanidad.
Triste. Ahora hay un jovencito, novio de la joven, desaparecido. Está desaparecido en el monte. Lo están buscando. Según madre su dolor fue inmenso, la noticia lo impactó terriblemente, luego sabremos o no qué pasó por él, aunque quizás ni lo dimensionemos…pero de esto se trata cuando digo: HUMANIDAD. Duele vernos tan famélicos de no sé qué, por ante el dolor ajeno. La cuestión nos atañe a todos. A todos.
*Periodista